La afición franjiverde, que estuvo todo el encuentro animando, celebra a lo grande el triunfo de su equipo en una jornada inolvidable
Hubo hasta alguna lágrima. La afición franjiverde disfrutó como hacía tiempo que no disfrutaba. Muchos decían que ya era hora de que llegara una alegría tan grande. La decepción de no ascender era una losa demasiada pesada que se arrastraba. Y ayer en el Rico Pérez, a pesar de que el triunfo sólo significa tres puntos, la satisfacción fue tremenda.
Los aficionados del conjunto ilicitano, que llenaron el quesito y parte de la grada de Preferencia, cantaron, saltaron, se emocionaron y celebraron por todo lo alto la victoria en perfecta comunión con sus jugadores. Los futbolistas les regalaron sus camisetas, sudaderas... y todos regresaron a sus domicilios con una sonrisa de oreja a oreja.
Y es que si el Elche ganó en el terreno de juego, en las gradas, a pesar de ser minoría, también vencieron los seguidores franjiverde. En total fueron cerca de 2.500 los que acudieron al derbi. Unos 1.500 en la zona del quesito y Preferencia, además de un buen número en la Grada del Mundial. También hubo numerosos aficionados ilicitanos en Tribuna donde también despuntó el color franjiverde. Incluso en los fondos también se atrevió alguno.
Era un partido especial y la afición franjiverde no falló. Desde primera hora de la mañana los 450 componentes y simpatizantes de la peña "Jove Elx" inundaron la estación Elche-Parque para desplazarse hasta Alicante. Entre estrictas medidas de seguridad, el viaje transcurrió con total normalidad. Al llegar a la estación de Alicante, más efectivos de la Policía Nacional los esperaban.
Una vez organizados comenzaron el clásico recorrido de subida hasta el Rico Pérez entre cánticos y reproches al rival. Tampoco faltó quien sacó más de una bufanda y cartulinas con los colores verde y blanco desde su balcón. Algo que se ha convertido en una tradición cada vez que se disputa el derbi en Alicante. Al llegar al Rico Pérez, cruce de cánticos con la afición herculana. Las fuerzas de seguridad lo tenían todo bajo control y no hubo que lamentar incidentes.
Un poco más tarde llegaron los 15 autocares de la Agrupación de Peñas y el autobús de la peña "Zona 24 Arnal". La zona acotada para la afición del Elche se quedó pequeña y la Policía la amplió como pudo. Cánticos y más cánticos. Y cuando Miranda Torres señaló el penalti sobre Mantecón comenzaron los primeros saltos de alegría. Tras la transformación de Edu Albacar el jolgorio fue mayúsculo.
Pero la jornada aún deparó más alegrías. Nicki Bille anotó el segundo y no dudó en celebrarlo por todo lo alto con sus aficionados.
Los dos goles hicieron venirse arriba a la hinchada franjiverde y prácticamente silenciaron a la blanquiazul.
Con el 2-1 hubo algún temor y algún silencio, pero rápidamente recuperaron el ánimo y volvieron los ánimos cuando más lo necesitaban los jugadores. Nervios, ansiedad y deseperación en los minutos finales.
Pero Miranda Torres señaló el final y fue el culmen de la celebración. Los futbolistas del Elche no lo dudaron. Se fueron corriendo hacia la zona donde estaban sus aficionados a saltar y cantar con ellos "herculano el que no bote", se quitaron las camisetas, las regalaron...era un sueño del que no querían despertar. No se querían ir de allí. Parecía que habían ganado un título. Y es que sabían lo que significa para la afición vencer este derbi ante el Hércules.
El Rico Pérez se vació. Sólo quedaban los seguidores franjiverdes y con sus bufandas al viento entonaron la habanera Aromas Ilicitanos. Luego viaje de regreso a casa. Unos en autocares, otros en tren, otros en sus coches, pero todos con la felicidad de haber ganado al eterno rival, en su estadio y con justicia. El júbilo fue completo.
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