miércoles, 22 de junio de 2011

Los listos y buenos... y los malos

Para quienes desde hace muchos años peinamos canas, o no peinamos nada, para los ilicitanos que tuvimos la gran suerte de vivir aquellos momentos gloriosos del Elche, sin duda los más brillantes de su historia, que motivaron el primer ascenso a Primera División desde Tercera en dos temporadas, sabemos valorar la inmensa alegría que en estos momentos atesoran los aficionados granadinos, y entre ellos no incluyo a los energúmenos, a los indeseables, que en todas partes los hay, que transforman el deporte en catapulta suya para lanzar a los cuatro vientos la potencia de sus desmanes, de sus atropellos.
Hecha esta introducción, vayamos al meollo de la cuestión. Resulta que el Elche C. de F., pese a sus muchos méritos que le han llevado a ocupar el tercer puesto de la tabla, por mor de una campaña realmente orquestada, amplificada por informaciones parciales y no contrastadas, no solamente no ha conseguido su objetivo, anhelado por una afición que en el partido del sábado rebasó los 38.000 aficionados, aparte de otros miles que no pudieron acceder al Estadio Martínez Valero, sino que encima los ilicitanos, equipo, afición y simplemente pobladores de la ciudad, hemos quedado poco menos que como unos rufianes, unos desalmados, unos incompetentes.
Cuando el Elche realizó la mencionada gesta, iniciada en 1958, lo hizo a lo grande, arrollando en Tercera, batiendo el récord de goles marcados, asombrando a todos por su esplendoroso juego. Después, en la siguiente temporada, igualmente se constituyó en 'gallito' de la Segunda, entusiasmando dentro y fuera de Altabix. Y una vez en Primera, años y más años, lo que en principio podía considerarse como una visita de uno dos años.
Pues bien, merced a la campaña realizada por el entrenador del Granada, Fabri González, y nada digamos de su presidente, Quique Pina, resulta que su equipo es la «hermanita de la caridad», que va derrochando deportividad y otras muchas cualidades, mientras han tenido que sufrir los descalabros de la muchachada ilicitana. Lo curioso del caso, como en la capital del país se preguntaban en determinada emisora de dónde habían partido los desmanes, vamos todos los que ocurrieron en el último partido, sin mencionar para nada que los autobuses del Elche en su visita a Granada fueron apedreados, y al propio del equipo le rompieron lunes, retrasando su salida, hasta el extremo de perder el avión que tenían preparado para regresar.
Y algo por lo que no se puede pasar, que habría que investigar a fondo. El comportamiento del linier que indujo a la anulación del gol válido conseguido por el Elche. De nada sirve, si fue así, que pidiera perdón por haber señalado el inexistente fuera de juego. Cuando lo vi en la tele me percaté que el linier lo tenía ni que pintado para tomar la decisión, sin posibilidad de equivocarse. No caben excusas ni equivocación, sino una inmediata toma de medidas por parte del Colegio Nacional de Árbitros y la Federación Española.

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