El empresario vasco Juan Carlos Ramírez Castro, máximo accionista y principal acreedor del Elche CF, presentará hoy un plan económico para garantizarse su mejor salida del club, ante la irrupción de un grupo de accionistas que no están de acuerdo con su gestión en los últimos tiempos y ante la mediación del Ayuntamiento, que no ve con malos ojos un cambio de rumbo en el actual consejo de Administración.
La negociación comienza hoy y no será precisamente un camino de rosas para ninguna de las dos partes. Ramírez quiere garantizarse el retorno de los cinco millones de euros que ha adelantado en los últimos años, mientras que este grupo opositor tiene claro que piensa solicitar una auditoría de las cuentas reales del club, ante las irregularidades económicas que se han podido dar en este tiempo. Y ese va a ser el principal punto de la discordia.
El empresario vasco, que pretende garantizarse el cobro de ese dinero con el superávit que vaya presentado la entidad año tras año, está dispuesto a dejar el Elche, pero no a cualquier precio. Por su parte, desde el grupo opositor se entiende que el mejor acuerdo pasa por regularizar las cuentas y saber en realidad cuánto dinero ha aportado y cuánto debe recuperar.
Este grupo empresarial, donde figuran expresidentes de la entidad como Francisco Borja, Diego Quiles o Amador Poveda, entre otros, no entiende que después de la aportación recibida gracias el aval de 15 millones de euros, todavía no se haya cuadrado el presupuesto, con el pago aplazado en las liquidaciones a proveedores y jugadores. Así, consideran que se puede estar dando un beneficio encubierto contra la entidad, y que ese dinero revertiría en el bolsillo de Ramírez. Es más, no se ha clarificado el destino de todo el dinero, si bien la deuda con los organismos públicos, como Hacienda y Seguridad Social, sí que se ha liquidado, tras el pago de siete millones de euros.
Las dudas económicas surgen en muchos aspectos, que han llegado ante el amparo del presidente José Sepulcre. Sobre todo, estos accionistas desconocen la deuda real ahora mismo con el empresario y si, como apuntó el exconsejero José Antonio Antón, le está cobrando intereses al club por el adelanto de ese dinero.
Los opositores tampoco saben si el Elche ha recibido cantidad alguna en concepto del patrocinio de una de las firmas de Ramírez sobre la publicidad en las camisetas, así como de la publicidad estática de los últimos años. Un concepto que anualmente ha estado fijado en un canon cercano a los 200.000 euros y existen dudas, a juicio de estos accionistas, de que se haya producido esa compensación. Tampoco se sabe la relación que el empresario vasco puede tener con la empresa que gestiona el actual mercadillo, que al club le ha supuesto unos ingresos atípicos, después de poner en marcha esta iniciativa tras mucho tiempo de espera.
Asuntos por cerrar
Hay otros detalles y asuntos que no se escapan tampoco, que son los referidos a importantes activos de la entidad. En este sentido, no se sabe nada de los bajos del estadio Martínez Valero, sobre los que pesa una hipoteca que se ha aminorado con la ayuda de la Generalitat, ni tampoco sobre la parcela sur que tiene la entidad para poder llevar a cabo viviendas de protección oficial.
Sobre el asunto de los bajos, se quiere contar con toda la documentación disponible, para saber si Ramírez dispone de alguna opción de compra de los mismos, por lo que el club tendría bloqueados esos derechos. También se quiere conocer de quien es exactamente la propiedad de la parcela sur.
A expensas de que Ramírez dé a conocer el plan económico en el que va a establecer las formas y modos para poder recuperar ese dinero, la negociación no se prevé fácil. Sin embargo, también es cierto que no se puede dilatar en el tiempo, puesto que el exconsejero delegado sabe que su etapa e imagen en el Elche está más que desgastada, y se hace necesaria la llegada de nuevo oxígeno para un presidente del Elche que necesita nuevos aliados.
Bajo el paraguas del Ayuntamiento, que va a hacer de moderador para buscar la mejor solución de futuro, lo cierto es que Ramírez ha conseguido algo único, y en lo que todo el mundo está de acuerdo: hacer la mayor inversión de los últimos tiempos y no conseguir ganarse el cariño ni de los principales accionistas ni de la afición, producto de su formas a la hora de gestionar al Elche.

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