Ayer se confirmó que Ángel, que lleva arrastrando problemas desde el principio de la pretemporada, padece una bursitis en el glúteo derecho. La recaída final llegó en el partido del miércoles frente al Torrevieja, donde nada más empezar el encuentro, el tinerfeño tuvo que pedir el cambio. 
Esta lesión preocupa mucho en el cuerpo técnico. El tinerfeño es el único delantero disponible para Bordalás, ya que Linares no reaparecerá, como mínimo, hasta finales de septiembre y el club no termina de cerrar la incorporación de un punta. 
El propio Ángel reconoció ayer que se encuentra «preocupado y triste» porque no termina de estar disponible para Bordalás. «Llevo arrastrando las molestias toda la pretemporada, había días que me permitían entrenar y otros en los que no he podido hacer nada», lamentó. 
«Estoy peor que mis compañeros físicamente porque llevo todavía no he podido entrenar bien, pero espero estar a tope la semana que viene», dijo Ángel, para quien su objetivo es «llegar en perfectas condiciones al primer partido de Liga». 
A su juicio, es «lógico» que Bordalás quiera otro delantero, pues «no se puede empezar la Liga sin uno». Además, aseguró que «el míster me apoya al 100%, porque sabe que yo quiero entrenar pero no puedo por culpa de las molestias». 
Ángel también se alegró de la incorporación de César Quesada como médico del equipo, ya que el nuevo doctor le ha indicado «toda la recuperación que tengo que hacer, marcada día a día, que era lo que yo quería». 
El tinerfeño no quiso achacar a la 'crisis médica' de los últimos días que no se haya recuperado correctamente. Para Ángel, esta sucesión de doctores le ha servido para «conocer varias opiniones». 
La lesión del tinerfeño es un serio contratiempo para Bordalás y el Elche, que ve como se acerca el inicio de la temporada y no tiene a ningún delantero disponible en la plantilla.
 
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